miércoles, 25 de junio de 2008

El gran día

Hoy, 25 de junio de 2008, es el gran día. Me he levantado emocinada, ni siquiera sabía que ponerme. He quedado con unos señores de uniforme y eso siempre impone. Finalmente he optado por ir cómoda, ya que tampoco es cuestión de apabullar. Antes de salir de casa comprobé que llevaba todo lo necesario, porque una cita así tarda en repetirse y sería espantoso tener que anularla.


Qué emoción, Dios mío. Un millón de llamadas telefónicas infructuosas, peticiones por Internet y, tras una ardua lucha me concedieron la cita. Una cita que ya es hoy, que ya ha llegado y ahora no importan los cinco meses de espera.


Parto hacia mi destino. Hace calor, pero no importa, yo sólo siento impaciencia a la par que un eterno agradecimiento a la máquina que me concedió la dicha de poder asistir a este evento que se repite sistemáticamente una vez por cada lustro. Llego a un edificio azul y blanco. Hay cola. Bueno. qué más da, como mucho será una hora que nada es comparado con el tiempo que he aguardado para este momento.

"Ana Victoria ...", me llaman. "Sí", contesto. Me siento delante del que yo intuía uniformado. Pero no, lleva una camiseta gastada de Led Zeppeling. Es más joven que yo y está más más pendiente del cuadrante de sus vacaciones que de darme el servicio que requiero. ¡No pasa nada, lo importante es que estoy aquí!


Le entrego con gran satisfacción una fotografía, luego el padrón, firmo un papelito, pago 6,80 euros, me toma las huellas, primero el índice derecho, segundo el índice izquierdo... Ya está, ése es, sale de la máquina. ¡Está ahí! ¡Por fin! ¡¡¡POR FIIIINNNN!!!


¡¡¡HE RENOVADO EL DNI!!!

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