viernes, 30 de enero de 2009

“Te tengo que preparar para lo mejor y para lo peor”

Si hay profesiones que respeto y admiro desde luego son las sanitarias. El profesional de bata blanca, se ocupe de la parte del cuerpo o de la mente que se ocupe, es una persona que te mejora la vida. Pero ahora mismo tengo un profundo malestar por cómo me están tratando. Y la historia a nadie le sonará nueva.

Estoy herida porque tengo que comprender que determinados problemas de salud son para ellos lo más normal del mundo y, sin embargo, ellos no pueden comprender que asumir la noticia de dichos determinados problemas de salud no es en absoluto fácil.


Para más inri, carezco por el momento de diagnóstico. Tan sólo poseo un “puede que sea esto, puede que sea lo otro” que, una vez sorprendido por mi cara de pánico, fue apostillado por un “yo no te estoy diciendo ni una cosa ni la otra, pero tengo que preparar para lo mejor y para lo peor”.

Hundida, salí de la consulta preguntándome por la necesidad que tenían de haberme provocado esta angustia que tiene que durar la eterna espera de las pruebas. ¿Es que no es mejor ocuparse del problema cuando ya se sabe qué es y no preocuparse previamente con el riesgo de agravarlo o quién sabe si ocasionarlo?

Tan sólo imploraba una respuesta, si no certera, una probabilidad. Y lo que obtuve fue el cansino: “Tú lo que tienes que hacer es que estar tranquila”. Gracias a Dios, vivo con un remanso de paz que es mi santo varón, y su fuerza y apoyo me están dando el soplo de aire fresco que evite fabricar lágrimas.


“Los médicos se curan en salud”, me dicen los más allegados, “no debes hacer caso, ya sabes cómo son”. Pero ¿por qué hacen esto? ¿Qué ganan ellos y qué gana el paciente?Mi problema no es un gran problema, es decir, no es una enfermedad grave que me cueste la vida. Pero si “lo peor” ocurre, eso para lo que mi médico pretende prepararme, va a ser un golpe muy duro.


De momento, como evidencio en mi texto, no quiero entrar en detalles, tan sólo es una reflexión sobre esta actitud de los médicos que parece que todo el mundo tiene que comprender por decreto.

3 comentarios:

Miguel Selser dijo...

Hola Ana Victoria, en primer lugar quiero y debo felicitarte por tu blog, y sobre todo por tu espíritu de seguir siendo ALUMNA, ...para seguir aprendiendo, es fascinante aprender y contagiar a quienes se olvidaron de aprender todos los dias un poco, seguir investigando, leyendo libros, escuchando...solo escuchando.
Me acercás un poco de paz entre tanta locura cibernética.
Encontré tu blog de casualidad, lo admito, vengo buscando datos sobre mi abuelo materno, él fue un eterno caminante de los que perdieron su patria y su familia (sin quererlo), esperó volver durante algunos años en un país vecino, pero al fin se resignó a buscar horizontes americanos, y aquí estoy yo, viviendo en Argentina, más precisamente en la Patagonia, es por eso que sin querer y buscando la palabra "camino" junto con "memoria", es que encuentro tus maravillosas palabras, gracias y seguiré leyéndote.
Miguel Selser

Ana Victoria dijo...

La que no tiene palabras es una servidora, querido Miguel. Es muy halagador que esta humilde bitácora, muchas veces demasiado personal, te resulte grata. Un abrazo enorme y espero que me sigas acompañando en este camino de la memoria.

Anónimo dijo...

Mi querida Ana Victoria! puedo comprender cómo se pudo sentir en aquel momento. Las frases que le proporcionaron los más allegados de 'ya sabes como son...' son totalmente ciertas. Existe un problema generalizado y que realmente me genera mucha lástima...la vocación por la profesión que ejercen estas personas, se va perdiendo. Si realizase una encuesta a cerca de cuantos médicos han acabado siendo 'de cabecera' por comodidad, el porcentaje sería muy elevado. Lo que quiero transmitirla es que no se preocupe en absoluto, los pacientes no deben asumir para nada el hecho de que el médico es así y hay que aguantarlos, NO! el médico debe ser empático y 'ponerse las pilas' a la hora de realizar cualquier tipo de diagnóstico. Y muy importante! no deberían sacar conclusiones precipitadas. Algo muy común que realizan estos personajes, es el simple hecho de que entres a su consulta y ni siquiera se dignen a levantarse, saludar y preguntar posteriormente...no, ellos ni miran a los ojos, siguen escribiendo lo del paciente anterior y tenemos que dar por hecho que es así, vuelvo a reiterarla que NO! Estoy rodeada diariamente de batas blancas y hablo con conocimiento de causa. Sabe que si tiene algún tipo de duda, aquí se encuentra el mayor admirador de su blog! un saludo! :D