domingo, 16 de noviembre de 2008

Diez minutitos de gloria

-"¿Qué te cuentas?" - "Nada. Yo, como siempre. Ninguna novedad". ¿Quién no le ha dicho esto a algún amigo que no nos ve, digamos, en un mes? Una servidora reconoce que lo ha hecho muchas veces. Y hoy, hace casi un mes que no les veía a ustedes, pero echando la vista a estos 30 días en los que no he caminado por esta memoria, ciertamente han pasado muchas cosas como para enfrentarme al miedo del Word en blanco sin, precisamente, temor alguno.


De manera que ya no es cierto aquello de nihil novum sub sole, es decir, nada nuevo bajo el Sol. Los científicos, que tienen la puñetera costumbre de tener razón, insisten en que nuestro mundo cambia tan deprisa que nuestros organismos no se pueden adaptar al medio, no pueden evolucionar, en términos darwinianos. Tanto es así, que se han quedado anquilosados en el salto de los homínidos al homo sapiens. Sí, señores, no hemos vuelto a evolucionar nada. Nos quedamos paralizados de miedo ante el rugido de un león, tal y como cuando eran una amenaza cotidiana para nuestras vidas. Ni qué decir tiene que no vamos a tener las branquias a punto para cuando se derritan los polos y todo eso. Porque iremos muy deprisa... pero marcha atrás.


Será esa la razón por la que no soy capaz de que mi cabecita evolucione o, más bien, involucione, hasta el punto de poder comprender a algunos seres que pueblan nuestro mundo. Sobre todo si se ponen corbata y pretenden dar confianza al resto de sus congéneres con diez minutitos de gloria. Puesto que eso es lo que han empleado cada uno de los presidentes o primeros ministros del llamado G-20-y-pico (un pico formado por los 'arrimaos' de última hora, entre los que se encuentra nuestro) para explicar la fórmula del bálsamo de Fierabrás con el que curar y prevenir futuras crisis financieras.


Como cabía de esperar, esta reunión ha servido exactamente para nada. Concretamente, el G-20-y-pico han decidido que se debe sentar las bases de una reforma para garantizar que una crisis global como ésta no se repita. También que sería conveniente un sistema de alerta ante problemas como los que provocaron la crisis en el sector inmobiliario y para detectar inversiones arriesgadas o fraudulentas. Ahora bien, determinar cómo hacerlo corresponderá a sus ministros de Economía. Por lo demás, han quedado en verse los rostros en más o menos seis meses.


Traducción: cero. La crisis se olía a treinta pasos teniendo en cuenta que SÍ se sabían cuáles eran las inversiones arriesgadas o fraudulentas, de hecho hasta las habían bautizado bajo el hediondo apelativo de hipotecas y bonos basura, SÍ exiten sistemas de alerta que desde hace varios años voceaban a grito limpio el problema que se venía encima y no son otras que todas las grandes organizaciones interestatales y económicas como la OCDE, el FMI, la UE y compañía y SÍ, efectivamente, los que podían haber hecho algo son los ministros de Economía que, al parecer, a partir de ahora se van a creer su papel. ¿Por qué no se ha hecho nada antes? Porque a ver quién dejaba de poner el cazo ¿no?

Señores, ríanse de su puñetera madre.

Menos mal, que en este querer cambiar, algunos homo sapiens han permitido que Washington sea un poco más colorido. En este mes en el que no se ha movido esta bitácora, el país que acoge la ominosa reunión aludida ha elegido un nuevo presidente que se va a ver de lo lindo en la Casa Blanca por es negro. Y perdonen que sea tan políticamente incorrecta, pero es que en un lugar tan sumamente racista como son los Estados Unidos de América, la cosa se presta a las bromas.


Ni qué decir tiene que me alegra, pese a mis primeras reticencias con el señor Obama. Su 'we believe in change, yes, we can' (creemos en el cambio, sí, nosotros podemos) es precioso, pero la fortaleza de determinados lobbies en aquellas tierras me hacía mantener mis dudas sobre qué iba a significar este nuevo personaje para su país y para el resto del mundo.


La primera, gratamente, en la frente. Esta semana pasada, el futuro gabinete de Barak Hussein Obama anunciaba una ley para controlar la influencia en los organismos públicos y partidos políticos de los lobbies. Todo ello junto a la esperanza de que cierren una de las mayores vergüenzas de ese país, Guantánamo y de que sus compatriotas puedan acceder con más facilidad a un médico. Me empieza a caer mejor este señor, aunque temo por los coletazos que puedan dar en política Exterior sus fichajes de la era Clinton. El tiempo lo dirá.


Con respecto a los Foreign Affaires estadounidenses, en estos últimos treinta días también han muerto más soldados españoles en la misión de la ISAF de Afganistán, esta vez, por un atentado suicida. Dos nuevos caídos por no se sabe bien qué causa... o la que es, es tan sumamente insostenible, que mejor ni mentarla. Descansen en paz.

1 comentario:

La Tremolina... dijo...

¿Cómo que no ha servido de nada?

Pa tener foto de Zapatero con Bush delante de la Casa Blanca.

Mi profe de Cosas del Mundo dice que es el equivalente a poner los pies encima de la mesa del rancho de Texas.