sábado, 16 de agosto de 2008

Dos DVD y una caja de cartón

En dos DVD y una caja de cartón se encuentran cinco años de trabajo. Y en la caja de cartón tengo que seguir haciendo limpia, ya que de muchos folios he de sacar teléfonos y nombres mal apuntados para conservarlos de forma ordenada en una agenda más decente. El resto son papeles/pruebas de algunas informaciones en las que he trabajado que hay que almacenar, por desgracia en casa, por si a algún miserable le da por acudir a los juzgados para 'matar al mensajero'.


Pero la imagen con la que ilustro este humilde post corresponde a otra de las cosas que traje a casa de mi ya ex redacción. Un ramo de flores que no podía casi con él y que preside mi salón hasta que la naturaleza quiera (yo por si acaso al agüita del jarrón le he puesto una aspirina que es lo que siempre le he visto hacer a mis abuelas. Así que no sé si las flores van a durar más, pero dolores no van a tener). Mis compañeros ejercieron como tal y me inundaron de una felicidad impresionante, aunque sin querer les fastidiara la sorpresa al descubrirla antes de tiempo... La cara que se le quedó a la persona que custodiaba el regalo fue de aupa. Pero ellos saben que da lo mismo, que todo fue igual de emocionante. Por supuesto, hubo un paquetito con un 'peaso' disco de Metallica y una tarjeta llena de palabras a las que no puedo dejar de dar las gracias.


Claro que la guinda de la despedida fue por la noche que nos fuimos de juerga unos cuantos y acabamos en casa temprano pa' por la mañana, que dicen en mi familia. Ese día dormí dos horas y media y, señores, cada vez está más claro que yo no estoy ya para estos trotes, por mucho que me fastidie admitirlo. Peeeroooo, ¡qué bien me lo pasé! Muchas risas, mucha comida, mucha bebida, muchos besos y muchos gestos. No lo voy a olvidar en la vida. Gracias chicos.


Ahora tengo un mesecito por delante para desconectar y volver a conectarme... pero con otros asuntos. El tiempo dedicado a uno u otro proceso espero que se decante por el primero. Pero para qué me voy a engañar, si no voy a ser capaz. Ya brinco impaciente por casa por el nuevo proyecto, la cabeza no para de dar vueltas mientras hago la maleta para mi próximo viaje. Ni qué decir tiene el espacio que ocupa en mis pensamientos los planes personales... que no sé yo si están más cerca de lo que yo creo. Esto es una locura.


En definitiva, se aproxima una cuenta nueva, pero sin necesidad de hacer borrón. Y eso es muy satisfactorio.


PD: Gracias Alberto, el chico más guapo de la redacción, por tu comentario. Me ha hecho mucha ilusión que participes en mi rinconcito.

1 comentario:

La Tremolina... dijo...

Qué misterio misterioso... :-/

¿Eres tú El Hombre De Negro del Macanudo? :-)